sábado, 28 de enero de 2017

UCDM Lección 28: Por encima de todo quiero ver las cosas de otra manera


Comentario

Es sorprendente el pensamiento de que yo podría alcanzar la visión con sólo una mesa, o con cualquier cosa elegida al azar, si pudiera mirar con una mente completamente abierta. Significa que durante toda mi vida he estado rodeado de personas y cosas y cualquiera de ellas podría haberme traído la iluminación, pero yo no he respondido. La pantalla del ordenador a la que estoy mirando mientras escribo, si la veo sin ninguna de mis propias ideas, podría empezar a mostrarme “algo bello, puro y de infinito valor, lleno de felicidad y esperanza” (5:2).

Todavía me parece difícil de creer eso. Oh, no lo dudo, en cierto sentido. De algún modo, tiene sentido creer que un ser iluminado, como Jesús por ejemplo, vería (como dice el poeta): “el universo en un grano de arena”. Pero supongo que lo que dudo es que yo pueda verlo. He mirado a tantas mesas a lo largo de mi vida y  ¡ninguna de ellas me ha hablado! Miro a mi mesa ahora y veo: una mesa.

Pero, ¿qué podría ver? “Oculto tras todas las ideas que tienes acerca de ella se encuentra su verdadero propósito, el cual comparte con todo el universo” (5:3). ¡Ah! Una pista hacia lo que esta lección apunta, estamos hablando de un propósito compartido. Estamos pidiendo ver un propósito común que une todas las cosas como una. Yo pienso que una mesa es para escribir sobre ella o para comer sobre ella, un tenedor es para pinchar mi comida, un ordenador es para enviar mensajes a personas a través de internet. Veo un montón de propósitos diferentes, cada cosa con el suyo propio, con un propósito diferente. Pero todos ellos comparten un propósito. Tal como mi cuerpo, el cielo, la luna, todo lo que veo. ¿Cuál es el propósito? Eso es lo que estoy pidiendo ver.

Eso es algo que merece pedirse.

No hay nada a tu alrededor que no forme parte de ti. Contémplalo amorosamente y ve la luz del Cielo en ello. Pues así es como llegarás a comprender todo lo que se te ha dado. El mundo brillará y resplandecerá en amoroso perdón, y todo lo que una vez considerabas pecaminoso será re-interpretado ahora como parte integrante del Cielo. ¡Qué bello es caminar, limpio, redimido y feliz, por un mundo que tanta necesidad tiene de la redención que tu inocencia vierte sobre él! ¿Qué otra cosa podría ser más importante para ti? Pues he aquí tu salvación y tu felicidad. Y éstas tienen que ser absolutas para que las puedas reconocer.   (T.23.In 6:1-8) 

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