lunes, 16 de enero de 2017

Un curso de milagros Lección 16

Comentario

La idea de hoy puede producir miedo, pero su propósito principal es que comprendamos que nuestros pensamientos tienen efectos. Es una idea poderosa, no aterrorizadora, a menos que elijamos verla de ese modo.

   Todo lo que ves es el resultado de tus pensamientos. En esto no hay excepciones. (1:2-3)

Como muchas de las ideas del Curso, ésta es un poco difícil de creer al principio porque estamos convencidos de que nuestros pensamientos no tienen ninguna relación con la mayoría de las cosas que vemos. En caso de que dejemos que la idea entre en nuestra mente, la lección añade que es verdad “siempre”. Los pensamientos verdaderos crean cosas verdaderas, los pensamientos falsos fabrican cosas falsas o ilusiones. En esto no hay nada que temer porque sólo los pensamientos verdaderos crean realidad, los pensamientos falsos sólo fabrican ilusiones.

Sin embargo, ningún pensamiento carece de efectos (que es el significado de la palabra “fútil”). Difícilmente se puede calificar de fútil a lo que da origen a la percepción de todo un mundo” (2:2). Cada pensamiento de nuestra mente está produciendo “algo” todo el tiempo, contribuyendo a la verdad o a la ilusión. El Curso es un curso en entrenamiento mental. Su propósito es que nos hagamos conscientes de nuestros pensamientos y de sus efectos. Desea que nos comprometamos interiormente con el proceso de elegir los pensamientos que ocupan nuestra mente y producen sus efectos en el mundo que nos rodea.

Se nos pide que reconozcamos que ningún pensamiento es neutro, cada pensamiento apoya el crecimiento de la verdad o de la ilusión. Cada pensamiento produce amor o miedo, no hay nada más. Si miro al modo en que trato a mis propios pensamientos, veo que la lección es correcta: verdaderamente intento no darle importancia a ciertos pensamientos, como poco importantes o que no merecen que me ocupe de ellos. Cada pensamiento merece que me ocupe de él, todos los pensamientos de miedo son destructivos por igual. También son igualmente irreales. Así que, no tenemos que sentirnos culpables por ellos.

Algunos estudiantes del Curso son muy rápidos en entender la parte “irreal”, pero tardan en darse cuenta del lado “destructivo”; el Curso siempre mantiene este equilibrio. Simplemente porque algo es irreal o ilusorio no significa que no sea importante o podamos ignorarlo. Por ejemplo, en un punto el Texto dice que el retraso es imposible en la eternidad pero que es trágico en el tiempo (T.5.VI.1:3). El Curso no es partidario de una actitud de indiferencia hacia el mundo simplemente porque sea una ilusión. Comentarios tales como: “¿El sida?, es sólo una ilusión”, o “¿Qué los niños se mueren de hambre?, el hambre no es real”, tales comentarios no tienen nada que ver con la verdadera enseñanza del Curso, aunque se pueden oír en algunos grupos. Si vemos el sida y el hambre, los pensamientos que hacen que los veamos deben estar en nuestra mente, individual o colectivamente, y por ello somos responsables de la sanación de esos pensamientos. Pero me estoy apartando de la lección, ya va siendo hora de que me baje de la tribuna del orador.

La lección indica que ningún pensamiento puede desecharse como sin importancia, y que  ningún pensamiento es neutro. Mientras practicas la lección, habrá algunos pensamientos  que pueden verse claramente que “no son neutros”. Si alguien te roba el coche, es muy fácil darte cuenta de que tus pensamientos sobre ello no son neutrales. Pero si estás pensando en qué cereal tomar para el desayuno, supone un gran esfuerzo creer que “Este pensamiento sobre Muesli no es un pensamiento neutro”, que está expresando amor o miedo. Créelo, lo expresa. Tal como indican las instrucciones,  “no hagas distinciones artificiales” (4:3).

La mente es como una bombilla, que está enchufada o desenchufada, nunca a medias; nuestra mente o está expresando amor o miedo, nunca a medias, nunca los dos al mismo tiempo, nunca nada (siempre expresa algo). 

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